Lo probé, me encantó, y ya se lo recomendé hasta a mi tía la fiestera. Se volvió tradición familiar.
Ya no salgo sin él, literal. Lo tomo y al otro día ando como si nada, hasta con ganas de ir al gym, aunque no vaya.
La neta pensé que era puro choro, pero sí funciona. Me salvó después de la boda de mi prima.
Me tomé mi Salva Cruda antes de la peda y el domingo hasta me fui al tianguis. Cero dolor de cabeza, nomás hambre.